Las redes sociales pueden ser de gran ayuda para cualquier negocio, pero, para quienes tienen una página web y, sobre todo, para quienes operan un comercio electrónico, son simplemente vitales. Por eso, en este artículo vemos cómo plantear una estrategia eficaz para las redes sociales.
Para una pyme, las redes sociales pueden ser un recurso muy útil: pueden convertirse en fuente continua de clientes o visitantes y generar un sentimiento de comunidad y fidelidad entre los clientes.
Pero también pueden ser un pozo sin fondo de esfuerzo y dinero. Al final, publicar por publicar se traduce en contenido que no le importa a nadie: una pérdida de tiempo más que un activo.
La diferencia entre un escenario y otro es especialmente importante para quienes tienen presencia digital y más aún para quienes tienen un ecommerce: a falta de una tienda a pie de calle, las redes son la clave para llegar hasta el público en Internet.
En este artículo, pues, vamos a centrarnos en cómo crear una estrategia de marketing en redes sociales. Para ello, nos hemos inspirado en la propuesta de Alfred Lua en Buffer, basada en la técnica de las cinco w.
1. ¿Por qué quieres usar las redes sociales?
La primera pregunta para poner negro sobre blanco tu estrategia de marketing en redes sociales es ¿para qué quieres estar en las redes? Es decir, ¿cuál es tu objetivo?
Entre los más habituales están:
- Hacer que más gente conozca el negocio
- Dirigir usuarios a la página web
- Adquirir contactos de posibles clientes
- Hacer contactos profesionales para formar alianzas
- Aumentar los ingresos
- Crear demanda
- Promover la validación social
- Generar sentimiento de comunidad entre los clientes
- Acceder a influencers
- Aumentar las menciones en prensa
- Facilitar la atención al cliente
- Averiguar lo que se dice del negocio
Aunque puedes tener más de un objetivo, a menos que dispongas de un equipo dedicado, conviene centrarse en unos pocos.
Por otro lado, es importante definir cómo vas a evaluar si los esfuerzos de publicación están surtiendo efecto. Algunos indicadores son fáciles de medir, como la cantidad de seguidores y de me gusta, pero su valor real general es cuestionable.
Por ello, en función de la fase de expansión del negocio, suele ser más útil establecer parámetros concretos:
- Si el negocio es nuevo, procura ganar usuarios y notoriedad. Para ello, mide el alcance (la gente que ha visto cualquier publicación tuya), las impresiones (las veces que se ve una publicación concreta) y el aumento de público.
- Si el negocio está creciendo, procura generar confianza. Para ello, mide: Me gusta, guardados, comentarios y mensajes directos.
- Si es un negocio establecido, procura fidelizar a los usuarios. Para ello, mide: Me gusta, guardados, comentarios y mensajes directos.
- Si el negocio presenta algo, procura vender. Para ello, mide: mensajes directos y porcentaje de clics.
Para llevar un seguimiento de estos indicadores, puedes utilizar la función de análisis integrada de cada plataforma o bien algún programa específico para monitoreo y programación de redes sociales. Si tienes una página web o tienda online, Google Analytics es perfecto, porque te permite hacer un seguimiento conjunto de los indicadores de las redes sociales y de la página web.
2. ¿Quién es tu público objetivo?
Cuando tengas claro por qué quieres estar en las redes, lo siguiente es plantearte a quién quieres como público.
Uno de los errores más habituales es pensar que todos los usuarios son buenos. Sin embargo, muchos expertos restan importancia a la cantidad de seguidores llamándola indicador de vanidad. Hay una buena razón para ello: no tiene mucho sentido tener a alguien como seguidor si no es probable que le interese el contenido.
Lo importante es captar al público idóneo. En ese sentido, deberías informarte sobre tus clientes ideales buscando datos demográficos y patrones de comportamiento. Además, conocer su perfil no solo te ayudará a decidir qué compartir, dónde y cuándo, sino que guiará el tono para hablar con ellos.
Facebook es una fuente destacada para investigaciones de mercado, ya que tiene una base de datos de 2890 millones de usuarios activos al mes. Echa un vistazo a algunos perfiles de seguidores y elabora plantillas de clientes ideales basándote en estas preguntas:
- ¿Quiénes son? (Edad, sexo, profesión, ubicación, etc.)
- ¿Qué puede interesarles? (Entretenimiento, formación, información sobre tendencias, etc.)
- ¿Dónde suelen pasar el rato en Internet? (Facebook, Instagram, plataformas especializadas, etc.)
- ¿Cuándo buscan el contenido que quieres hacer? (Fines de semana, durante el trayecto al trabajo, etc.)
- ¿Por qué consumen el contenido? (Para ascender en el trabajo, para cuidar de sus hijos, etc.)
- ¿Cómo consumen el contenido? (Leen publicaciones, ven vídeos, etc.)
3. ¿Dónde vas a compartir?
El siguiente paso es determinar en qué plataformas debe estar tu negocio. No todas las empresas tienen que estar en todas las redes sociales: no pierdas el tiempo en una en la que tu cliente ideal no es muy activo.
Sin embargo, no te bases en conjeturas para elegir una u otra. Analizar las estadísticas de cada plataforma te puede proporcionar muchísima información sobre quiénes son tus seguidores, dónde están y cómo interactúan.
Dicho esto, es aconsejable tener un perfil al menos en las cuatro grandes (Facebook, Instagram, Twitter y LinkedIn), ya que suelen aparecer en la primera página de Google cuando alguien busca un negocio.
Además, conviene desgranar la estrategia por red social. Por ejemplo, Twitter puede servir como canal de atención al cliente, mientras que dedicas YouTube e Instagram Stories a los tutoriales.
Para enfocar cada red a un objetivo específico, es útil escribir una breve declaración de intenciones del estilo: «Usaremos LinkedIn para promover la cultura laboral de nuestra empresa y facilitar la contratación de personal».
4. ¿Qué vas a compartir?
Al margen de hablar de tus productos o servicios, ¿cómo puedes aportarle valor a tu público objetivo? En este plano, lo importante es pensar en temas generales que puedan motivar a los internautas a interactuar con el negocio y a clicar el botón de seguir.
Puedes estudiar lo que comparte la competencia, no solo para ver qué funciona, sino también para detectar si hay algún hueco para promocionarse de manera diferente u original.
Más adelante, para no andar buscando algo concreto que publicar cada vez, es fundamental crear un plan en el que se especifique la mezcla de contenido, es decir, los tipos o temas de publicación y los formatos recurrentes.
Imagínatelo así: la estrategia es el destino (dónde quieres llegar) y el plan es cómo llegarás hasta allí (el proceso que seguirás y las herramientas que necesitarás para ejecutar la estrategia de manera eficiente).
De este modo, facilitarás la producción a la vez que crearás un tempo coherente para tus seguidores.
Si no sabes qué tipos de contenido publicar, puedes inspirarte enla regla del 80-20:
- 80 % de las publicaciones deben informar, educar o entretener.
- 20 % puede promocionar el negocio directamente.
Pero recuerda: idealmente hay que generar contenido que se adapte tanto a la red concreta como al propósito que has establecido para esa red.
5. ¿Cuándo vas a compartir?
La última pregunta clave es cuándo vas a compartir tu contenido.
Desde el punto de vista estratégico, no hace falta decidir días concretos (eso se dejaría para el plan de marketing). Lo interesante es considerar el comportamiento general de los clientes. Por ejemplo:
- Los deportistas se conectan antes o después de los entrenamientos (normalmente, a primera o a última hora).
- Las personas viajeras pueden estar más activas durante el fin de semana, cuando comparten su experiencia o planifican su próximo viaje.
Investiga cuándo suelen usar las redes sociales tus clientes potenciales y programa tus publicaciones en consecuencia.
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