Para publicar una página web o abrir una tienda online, no solo hace falta pensar en el diseño del sitio web en cuestión, sino que también se tiene que considerar dónde guardarlo para que sea accesible al público general: es lo que se conoce como «hosting» o «alojamiento web». En este artículo os explicamos brevemente los aspectos fundamentales que tenéis que tener en cuenta al momento de contratar hosting para vuestro sitio web o tienda online.
¿Qué es un servidor web?
Un sitio web no es más que un conjunto de archivos que se crean y se almacenan en un ordenador. Sin embargo, si quieres que otras personas puedan ver las páginas del sitio, tienes que darles acceso a los ficheros correspondientes. Para eso se crearon los servidores.
Un servidor es una especie de disco duro externo permanentemente conectado a Internet. En realidad cualquier ordenador con conexión a Internet podría convertirse en un servidor si se emplea el software necesario, pero a la práctica, se necesita una máquina demasiado potente.
Los servidores tienen una dirección IP y un nombre de dominio propios. Es como una matricula única para cada máquina que el navegador se encargará de descifrarla y mostrar el nombre de dominio al que está asociada. Por ejemplo, cuando introduces una dirección en el navegador, como https://www.nominalia.com/quienes-somos/contacto.html, estás pidiendo al servidor cuyo nombre es «nominalia.com» que te muestre la página llamada «contacto.html». Entonces el servidor se encarga de encontrar los archivos de esa página para mostrártela en el navegador.
¿Qué es un hosting web y para qué sirve?
Cuando contratas un «alojamiento web», básicamente estás pagando por un espacio en un servidor. Aunque los servicios de hosting se utilizan principalmente para guardar sitios web, también se pueden emplear para almacenar otro tipo de contenido, como imágenes, archivos de audio y ficheros parecidos.
Cabe destacar que, en función del plan de hosting web que escojas, el nombre de dominio puede estar o no incluido (en Nominalia, por ejemplo, el dominio siempre está incluido y es gratuito el primer año). La ventaja de adquirirlo por separado es que puede resultar más económico, pero al contratarlo dentro del paquete, se evita el proceso de configuración para «apuntar» el dominio desde un proveedor a otro.
El sistema operativo del hosting: Linux o windows
En el momento de contratar el alojamiento web, muchos proveedores permiten optar entre un servidor con sistema operativo Linux o uno con Windows.
Según cómo quieras montar tu sitio web, te convendrá un sistema u otro. Las webs «estáticas» (las que solo contienen páginas en formato .html con contenido fijo), solo necesitan un servidor simple, ya que ejecutarlas no requiere demasiado esfuerzo.
No obstante, cuando se trata de una web «dinámica» (una cuyo contenido varía constantemente, por ejemplo, porque tiene una cesta de la compra, un blog o un foro de discusiones), la ejecución requiere más potencia. Por eso este tipo de sitio web necesita un servidor con más prestaciones que tenga la suficiente capacidad como para ejecutar el lenguaje de programación más la extracción de la información constantemente cambiante de las bases de datos asociadas.
En este sentido, Linux se considera la mejor opción para la mayoría de los usuarios, dado que es totalmente compatible con webs desarrolladas con PHP, MySQL, Python o Perl, así como con WordPress u otras aplicaciones web.
En cambio, el motivo principal para contratar hosting Windows es poder utilizar herramientas de desarrollo como ASP.NET y SQL Server, basadas en tecnología Microsoft.
En realidad, los servidores Windows también pueden admitir muchas de estas herramientas, pero el hosting Linux es más flexible y adecuado para todo el mundo.
Tipos de hosting web: compartidos y dedicados
Gratuito, VPS, en la nube… Si bien existen varios tipos de alojamiento web, hoy nos centramos en las dos opciones más buscadas: el hosting «compartido» y el «dedicado».
- Hosting compartido
Cuando un mismo servidor aloja varios sitios web.
- Ventajas: además de resultar muy económico, un proveedor de calidad suele garantizar una disponibilidad elevada (es decir, que el servidor se encuentra «caído» un porcentaje mínimo de tiempo) y aguanta un volumen de tráfico muy considerable, más que suficiente para uso personal y para pymes.
- Desventajas: algunos proveedores poco escrupulosos recargan sus servidores, lo que puede causar inestabilidad (caídas frecuentes y largas), lentitud e incapacidad para dar abasto a picos de tráfico.
- Hosting dedicado
Cuando se dedica un servidor entero a un único sitio web.
- Ventajas: si tu empresa tiene un hosting dedicado, tendrá el control total sobre el servidor y dispondrá del 100 % del espacio en disco, CPU, transferencia mensual y demás recursos, a mayor velocidad.
- Desventajas: además del precio más elevado, para manejarlo se requieren conocimientos de gestión de servidores, aunque es posible que la empresa de alojamiento web disponga de planes de administración delegada.
¿Qué solución de hosting web te conviene contratar?
Por lo general, el hosting compartido es la solución más adecuada para casi todo el mundo, ya que el 95 % de los sitios web jamás llegarán a captar niveles de tráfico que exijan mayor capacidad.
No obstante, si tu tráfico web aumenta y requieres más potencia para incrementar tus transferencias mensuales y velocidad de carga o si vas a manejar información personal delicada, es aconsejable plantearse la opción de contratar hosting dedicado.
En cualquier caso, para decidirte entre un hosting compartido o un hosting dedicado, ten en cuenta los factores específicos de tu web, como cuánto espacio ocupa, el volumen de tráfico, si gestionas datos sensibles, etc.