¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No. Es Starlink. Ahora también en España.
En febrero de 2023, las redes sociales hervían de actividad con imágenes y comentarios sobre un llamativo tren de objetos luminosos atravesando el cielo nocturno de la Península. Estos pequeños puntos de luz extrañaron a muchas personas y algunas hasta hablaron de ovnis…
En realidad, se trataba de los satélites Starlink, la iniciativa lanzada por Elon Musk para llevar la conexión de banda ancha a zonas rurales y remotas de todo el mundo.
No era la primera vez que Starlink sobrevolaba España, ni será la última, pero lo cierto es que causa una expectación tremenda. Tanto, que incluso se ha creado una página web para saber dónde se encuentra en tiempo real: FindStarlink.
En este artículo, queremos compartir los últimos detalles sobre este fenómeno y sus competidores, que prometen llevar el Internet satelital a nuevos niveles de velocidad y disponibilidad.
Un megaproyecto que avanza a pasos rápidos e imparables
Starlink es una red satelital desarrollada por SpaceX, la empresa aeroespacial del polémico magnate Elon Musk. Su objetivo es ofrecer conexión a Internet de calidad en las zonas rurales y los lugares de difícil acceso donde no llega la fibra óptica o no hay cobertura móvil.
Hasta el lanzamiento de Starlink, las conexiones satelitales solían tener un problema: la latencia. Con el Internet por satélite tradicional, no es factible jugar cómodamente a juegos online, hacer videollamadas o utilizar plataformas de streaming como Netflix.
SpaceX ha creado un sistema que ofrece menor latencia y más velocidad. Para lograrlo, ha puesto en marcha 4130 satélites, aunque tiene permiso para lanzar 12 000 y acaba de solicitar aprobación internacional para 30 000 más. Según afirma, tener tantos dispositivos minimiza los periodos sin conectividad y permite cubrir todo el globo, desde los aviones en vuelo hasta los barcos en alta mar.
Pero eso es solo parte del secreto: Starlink es la primera constelación de satélites del mundo que utiliza una órbita terrestre baja. Mientras que los satélites de Internet convencionales operan a unos 35 000 kilómetros de altura, el enjambre de Starlink está en una órbita mucho más cercana, a unos 550 kilómetros. Esto permite reducir el tiempo que tardan los datos en ir y volver entre un usuario y un satélite.
Este sistema ahorra la construcción de grandes infraestructuras, pero el esfuerzo sigue siendo titánico: cada uno de estos satélites repletos de implementos tecnológicos mide unos 10 metros y tiene una masa de unos 307 kg.
El desembarco en España
Starlink llegó a España de forma limitada a principios de 2022, ofreciendo únicamente una tarifa de uso residencial, con una velocidad media de 130 Mbps y velocidades estables de entre 50 y 200 Mbps.
No obstante, en junio la empresa replanteó su estrategia y presentó Starlink Business: un servicio mejorado para las empresas que puedan permitirse las opciones de contratación que existen:
- Servicio prioritario 1 TB: 218 €/mes + 2850 € por el equipo + 68,30 € de gastos de envíos y manipulación.
- Servicio prioritario 2 TB: 436 €/mes + 2850 € por el equipo + 68,30 € de gastos de envíos y manipulación.
- Servicio prioritario 6 TB: 1.283 €/mes + 2850 € por el equipo + 68,30 € de gastos de envíos y manipulación.
La solución para empresas dispone de un servicio de datos y un terminal dedicado que tiene mayor alcance y rendimiento, lo cual garantiza una mayor disponibilidad en condiciones meteorológicas adversas.
La velocidad media se mueve entre los 40 y los 220 Mbps de descarga y 8-25 Mbps de subida. Además, tiene algunos beneficios profesionales, como acceso a control remoto y asistencia técnica 24 h.
Movistar distribuirá el Internet por satélite de Starlink
El pasado mes de junio, la marca comercial con la que opera Telefónica empezó a comercializar conectividad satelital en España de la mano de Hispasat. Esta operadora fue la adjudicataria de los más de 76 millones de euros del programa estatal UNICO-Demanda Rural, cuyo objetivo es garantizar un mínimo de 100 Mbps en las áreas del país donde no llega la fibra.
Actualmente, Movistar ofrece cinco tarifas diferenciadas: dos aplicables a hogares en zonas subvencionadas por el Gobierno de España —las áreas donde aún no se dispone de al menos 50 Mbps (puedes consultarlas en este mapa)—; otras dos para las demás zonas del Estado, y una de línea fija de telefonía.
La tarifa para quienes residen en las zonas subvencionadas tiene un coste de 35 euros al mes y carece de permanencia. El equipo necesario y la instalación son gratuitos en todos los casos, pero en las zonas no «elegibles», los usuarios tienen que devolver el kit en caso de darse de baja.
Sin embargo, la principal pega es la alta latencia, que según informan algunos medios, es superior a 700 milisegundos, algo impensable para uso profesional. De ahí la decisión de Movistar de aliarse a Starlink para proporcionar una conexión para empresas: Movistar Connection+.
Dado que la red de satélites de la compañía de Elon Musk posee caudales más elevados, puede ofrecer una conexión con niveles parecidos a los de las redes móviles (hasta 350 Mbps con posibilidad de llevarla en vehículos móviles).
Por el momento, este producto se ha comercializado en México y está confirmada su llegada a España antes de final de año con precios similares a los de Starlink Business.
Cómo funciona la conexión Starlink
El kit de autoinstalación para uso residencial, que viene con router, antena y cableado, cuesta 450 euros —aunque hasta el 31 de agosto está de oferta y se puede pedir por 199 euros—, a los que hay que sumar 23 euros de envío. A eso, hay que añadir la suscripción mensual, que en oferta cuesta 65 euros.
El router está configurado por país, de modo que puedes montar la antena en la furgoneta y conectarte donde quieras, en la montaña o en el desierto, pero siempre dentro de España. La antena debe estar en una zona elevada y sin obstáculos para garantizar la propagación de las ondas electromagnéticas por el vacío. Un árbol, una chimenea o un poste eléctrico pueden interferir y dejarte sin Internet.
Para «solucionar» el problema de la movilidad, en marzo de 2023 Starlink estrenó su servicios de roaming global, es decir, la posibilidad de conectarse a Internet vía satélite desde cualquier lugar del mundo con una única suscripción.
El servicio cuesta 230 euros al mes y, para usarlo, es necesario solicitar una antena portátil por 450 euros, aunque, si se quiere instalar en un vehículo en movimiento, se necesita la antena plana de alto rendimiento de 2500 dólares.
Al margen de que la conexión no es 100 % estable y puede haber «breves periodos de conectividad deficiente o nula», como admite la misma compañía, esta suscripción universal tiene el hándicap de tener que ir cargando e instalando todo el equipo.
Por otro lado, Starlink todavía no ha obtenido autorización para operar en muchos países, como la India, Pakistán, Camboya y China. Por eso, no está claro si puede haber problemas al cruzar fronteras —por ejemplo, cobro de aranceles o requerimiento de permisos de instalación— o incluso si el equipo seguirá funcionando.
No obstante, este servicio itinerante se trata de un hito impresionante que por ahora no ofrece ninguna otra compañía de Internet satelital. Porque sí: cada vez hay más compañías que ofrecen conectividad vía satélite.
A Starlink le sale competencia… de la dura
Movistar no es la única operadora que ha dado el paso al Internet vía satélite. En los últimos años, han despegado múltiples iniciativas para promover este tipo de conexión, como el proyecto Kuiper de Amazon, que tiene programados 83 lanzamientos para poner en marcha 3236 satélites y superar a Starlink donde más importa: la velocidad de conexión.
También Vodafone anunció en el MWC 2023 que ofrecería Internet satelital este mismo verano y, poco después, Orange confirmó un acuerdo de distribución con OneWeb.
Incluso la Unión Europea ha anunciado el proyecto EuropeLink, un «sistema de comunicación segura» parecido a Starlink en el que se van a gastar 6000 millones de euros. La iniciativa calcula lanzar unos 20 000 satélites multiorbitales en los próximos años, a fin de que la red esté completamente operativa a finales de 2027.
Esta constelación, todavía por definir, se sumará a las dos redes actuales, Galileo (rival de GPS) y Copernicus (observación terrestre), y también serviría como ayuda complementaria para hacer frente a ciberataques.
El comisario de Interior de la Unión Europea ha declarado que «Europa necesita su propia constelación de satélites y no depender de americanos y chinos». Efectivamente, el gigante asiático también está desarrollando sus propios satélites de baja órbita y planea lanzar 1000 mediante la empresa GalaxySpace.
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