Las empresas españolas siguen invirtiendo para mejorar su tecnología, pero ¿cuál es el alcance real de la transformación digital en España en 2023 y qué retos afronta de cara al futuro?
Hace tres años, la COVID-19 impulsó lo digital como base tanto de la gestión de los servicios públicos como de la competitividad —y eventualmente la supervivencia— de muchas empresas.
Empujado por esta transformación de las Administraciones y las organizaciones, el sector digital español ha ido creciendo de forma constante. En 2022, tras experimentar un desarrollo del +5,1 % respecto al año anterior, alcanzó un volumen total de negocio de 122 066 millones de euros y ya representa el 22,6 % del PIB del Estado.
Fuente: Barómetro de la Economía Digital AMETIC
Pero, a pesar de estos grandes cambios, el grado de transformación digital de las empresas españolas sigue por debajo de sus homólogas europeas, en parte por falta de recursos, en parte porque no saben cómo afrontar este proceso.
¿Qué implica la transformación digital para las empresas?
La digitalización es, en realidad, un proceso de cambio que está en sí mismo en constante evolución, ya que busca adaptar las empresas a las demandas del entorno.
En general, implica la transformación de los procesos, las actividades y los modelos de negocio mediante el uso de tecnologías digitales, por ejemplo, con la implementación de programas de gestión, la automatización de tareas o el análisis de datos.
A lo largo de 2022, la computación en la nube, la inteligencia artificial, la ciberseguridad, las infraestructuras digitales, el teletrabajo y el XaaS —o «Everything as a Service», un modelo de entrega de servicios a través de la nube— con el cliente como foco han encabezado el mayor número y volumen de inversiones tecnológicas.
Sin embargo, no existe un modelo único de transformación. Todos los planes se deben formular de forma personalizada: es preciso estudiar la situación concreta y las necesidades de cada negocio, trazar una estrategia clara, fijar una hoja de ruta con fases bien definidas y objetivos desglosados, plantear la formación necesaria y promover la implicación de la plantilla.
No se trata de aplicar la tecnología por la tecnología. La clave está, según los expertos, en aprovechar los recursos digitales para mejorar la eficiencia, productividad, toma de decisiones e interacción con clientes y socios: la digitalización solo tiene sentido si simplifica la vida a las personas, sean clientes, trabajadores o directivos.
Negocios preparados para el futuro
La integración de tecnología influye en cómo trabaja una organización y puede brindar valor a todos sus departamentos y usuarios ofreciéndoles, con un par de clics y desde el canal más conveniente, la información o la resolución que esperan.
En este sentido, el Foro Económico Mundial considera la transformación de las pymes como un fenómeno con muchas caras y facetas, que, sin embargo, es ineludible si se quiere «estar preparado para el futuro». Estos líderes mundiales aseguran que, si un negocio quiere seguir el ritmo del mercado y mantenerse competitivo, deberá adaptarse a medida que la tecnología evolucione.
La digitalización hace posible, por ejemplo, que las empresas conozcan mejor los patrones de consumo de sus usuarios y optimicen la relación con ellos mediante sistemas CRM y las redes sociales que, además, sirven para llegar a más usuarios. Entre otros, estas aplicaciones permiten a las organizaciones:
- Generar información de mayor calidad y, por tanto, personalizar la oferta en función del mercado, una capacidad que antes solo tenían las grandes empresas.
- Controlar los procesos productivos y optimizar la cadena de valor tradicional.
- Reducir los errores y lograr una mayor eficiencia y calidad de los productos.
No obstante, la importancia de la transformación digital va más allá de la competitividad. Más que una mera implementación de tecnología para reducir costes y optimizar procesos existentes, hay que entenderla como un cambio de estrategia dentro de la empresa.
Así las cosas, el 65 % de los negocios en España iniciaron su transformación hace más de un año y, según todos los análisis, la expansión continuará. En el estudio Instantánea híbrida: impacto en los empleados y en la experiencia de TI de Canon, se afirma que las empresas españolas prevén aumentar 70 % su gasto en TI en los próximos dos años.
Nivel de digitalización de las empresas españolas
El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) 2022 de la Comisión Europea sitúa a España como uno de los países más digitalizados de la Unión Europea y subraya los avances respecto a años anteriores, sobre todo en lo que se refiere a la integración de la tecnología digital por parte de las empresas.
España ocupa el puesto 11 del ranking europeo (cinco posiciones más arriba que en 2021), con 38,6 puntos, una puntuación muy cercana a la media de la Unión. Nuestro país obtiene buenos resultados en algunos indicadores, especialmente en lo que se refiere a pymes con al menos un nivel básico de intensidad digital (60 % en comparación con el 55 % de media en la UE), el intercambio electrónico de información mediante ERP (49 % de las empresas españolas frente al 38 % de media en la UE) y las TIC para la sostenibilidad medioambiental (76 % frente al 66 %).
Sin embargo, no podemos perder de vista que, de las cuatro dimensiones del informe DESI 2022, en la que España registra su peor posición es en la integración de la tecnología digital, ligeramente por encima de la media europea.
Llama la atención, por ejemplo, el bajo porcentaje de negocios españoles que usan las redes sociales (39 %) o venden por Internet (25 %). No obstante, el déficit principal se da en tecnologías avanzadas, como la nube o el big data: menos del 30 % de las empresas utilizan servicios cloud, lo que deja a España en el puesto 20 de 27 en este sector, y apenas el 9 % emplean macrodatos (frente al 14 % de la Unión).
Otros aspectos que reflejan la realidad de la transformación digital de los negocios en España es que el 62 % no cuenta con una estrategia en este terreno y más del 20 % no forma a sus trabajadores en cuestiones importantes relacionadas con la digitalización.
Por industrias, los sectores más avanzados en la transformación digital española son el de la información y comunicaciones, seguido de los hoteles y las agencias de viajes. Por el contrario, más rezagados, se encuentran las empresas de construcción y de actividades administrativas y servicios auxiliares. Según su tamaño, hay más de 40 puntos de diferencia entre las pymes pequeñas (10 a 49 personas) y las grandes (250 o más personas empleadas).
Pymes: la base para la transformación de la economía española
Dentro mismo del tejido empresarial, hay diferencias notables en cuanto al estado de madurez digital y la velocidad de digitalización. Según datos del INE, las grandes compañías son las que están más avanzadas en el proceso, mientras que a las pequeñas y medianas todavía les queda un largo camino por recorrer.
Las grandes firmas disponen de medios e instrumentos para abordar los cambios y continúan mejorando su infraestructura. El 70 % de las tecnológicas, por ejemplo, cuentan con un plan táctico de modernización y transición a la nube, y ya han realizado pilotos sobre algunas de las transformaciones. Para ello, según Minsait, disponen de acuerdos a largo plazo con proveedores de cloud e hiperescaladores que les dotan de una mayor agilidad, flexibilidad y autonomía.
En cambio, para autónomos y pequeños y medianos negocios, la falta de financiación o la dificultad de acceso a ella ha ocasionado un déficit estructural en digitalización. De hecho, se estima que, en 2023, el 50 % de las pymes españolas solo invertirán el 10 % o menos de su presupuesto anual en digitalización.
Sin embargo, si se quiere lograr una verdadera transformación del tejido productivo, es preciso garantizar la participación de los negocios de menos de 50 trabajadores, las micropymes y los autónomos, que suman el 98,99 % de todas las empresas y el 49,58 % del empleo de España.
Históricamente, la falta de tiempo, información, capacitación técnica y productos y servicios adecuados —pero también una cultura empresarial menos proclive al cambio— había llevado a muchos pequeños negocios españoles a aplazar la digitalización.
Hoy en día, aunque no le dediquen suficientes recursos, las pymes y microempresas son muy conscientes de la importancia de la transformación para seguir adelante: el 30 % afirma verse bastante o muy afectada por los cambios tecnológicos y el 47,4 % ya ha tomado medidas para digitalizarse.
Así, el 78,6 % de quienes han definido su estrategia digital ya la está aplicando. Además, en comparación con el 2022, se calcula que este año el 23,4 % de las pymes que no invertía en digitalización va a empezar a hacerlo. Por otro lado, se va a duplicar el porcentaje de pymes que destinan entre el 20 % y el 50 % de su presupuesto a digitalización, pasando del 16,5 % al 32,9 %.
Kit digital: ayudas a la digitalización
La Administración, como gran promotora de la transformación digital de la economía, ha presentado el Plan de Digitalización de Pymes 2021-2025 para asistir a las empresas y, sobre todo, a las pymes, en el esfuerzo de inversión y formación que suponen estas novedades.
Entre las medidas principales del plan, destaca el programa Kit Digital, que ofrece ayudas a empresas y emprendedores para la adquisición gratuita de recursos y formación tecnológicos. Entre otras soluciones digitales, incluye acceso a plataformas de comercio electrónico, software de gestión empresarial, marketing digital y servicios en la nube, así como cursos sobre transformación digital o habilidades digitales.
¿Te interesa solicitar esta subvención? En Nominalia somos Agentes Digitalizadores oficiales del programa Kit Digital. Ponte en contacto para cualquier duda.