Si te estás preguntando para qué necesitas una página web si puedes utilizar las redes sociales para promocionar tu negocio, recuerda esto: tu página de empresa en Facebook no es tuya, es de Facebook.
Casi todos utilizamos las redes sociales en nuestro día a día. Por eso, muchos autónomos o pequeños comercios que quieren crear su presencia digital recurren a Facebook, Instagram o Google My Business: la plataforma les resulta más familiar que un editor web.
Además, estas páginas son gratuitas, mientras que contratar una agencia o utilizar una herramienta para diseñar páginas web y administrarla supone una inversión.
Pero, para un negocio, ¿depender de un perfil social es realmente la mejor opción?
En este artículo, queremos ayudarte a sopesar los pros y los contras de los perfiles de empresa en las redes, para que puedas decidir cuál es la mejor solución en tu caso.
Ventajas de las páginas de Facebook y otros perfiles de empresa
Tener una página de Facebook o un perfil en Instagram, Google Business y Twitter es buena idea porque te permite:
- Establecer rápidamente una presencia online. Solo tienes que rellenar los campos predefinidos que te dan. No es necesario pensar en qué decir, ni preocuparse de las actualizaciones, la seguridad ni la optimización para móviles, ya que la red se ocupa de toda la parte técnica.
- Llegar a más clientes. Las redes se han convertido en el nuevo foro en el que la gente pasa el rato y se junta para hablar, escuchar y debatir. La plataforma dominante, Facebook, tiene 2900 millones de usuarios activos al mes. Precisamente lo que busca una pyme: acceso fácil a una cartera amplia de posibles clientes.
- Descubrir quién es tu público y qué quiere. Como empresa, puedes averiguar qué opinan tus clientes sobre tus productos y servicios, y qué sugerencias, quejas y deseos tienen. Esto te puede ayudar a mejorar tu oferta y tu forma de promocionarte.
- Conseguir un sello de aprobación. Tus clientes pueden dejar comentarios que verán más personas y que servirán de prueba de calidad para quienes estén evaluando tu servicio.
- Crear grupos y hacer streaming. Si el sentido de comunidad o los vídeos son fundamentales para tu modelo de negocio, estas plataformas te resultarán muy útiles.
Limitaciones de las páginas de Facebook y otros perfiles de empresa
Dicho esto, depender únicamente de un perfil en redes sociales te limita de muchas maneras e implica jugártelo todo a una carta:
- Debes aceptar sus condiciones de uso. Todo tu contenido, incluidas las ofertas y los vídeos, debe ajustarse a las políticas de la plataforma. De lo contrario, la red puede cerrar tu perfil unilateralmente y, con ello, acabar con todo el trabajo que has hecho.
- Apenas tienes control sobre tu imagen. Tu marca está subordinada a la de la plataforma. Por tanto, nunca podrás presentar tu negocio como quieres ni personalizar las interacciones con tus clientes. ¿Alguna vez has visto el Facebook de una casa rural? ¿Verdad que no te transmite la misma personalidad ni te parece igual de elegante, íntima o pintoresca que cuando la ves en su página web? A eso nos referimos.
- Dependencia de la plataforma. Las plataformas cambian continuamente sus algoritmos según sus intereses. Facebook, por ejemplo, da más peso al contenido que se consume directamente en su página que al que redirige a YouTube o cualquier otro sitio. Esto hace que las publicaciones orgánicas lleguen a menos gente, por lo que, para tener visibilidad, es cada vez más necesario pagar.
- No hay garantía de aparecer en el flujo de noticias. Que en una red haya millones de usuarios, no significa que millones de personas vayan a ver tu página. Tus seguidores verán lo que publiques, pero no todas tus publicaciones llegarán a todos tus seguidores.
- Las modas cambian. Muchas de las redes más usadas hoy en día no existían hace unos pocos años. Las plataformas suben y bajan en popularidad según los tiempos. ¿Qué pasa si te has esforzado por crear tu presencia y al cabo de poco ya nadie usa esa red? Algo así ocurrió con MySpace.
¿Por qué necesitas un sitio web propio?
Como ves, un perfil de Instagram o de Facebook no es sustituto para un sitio web propio por muchas razones. Pero, por si te quedan dudas, aquí tienes cinco buenos motivos por qué debes poner tu negocio en línea.
1. Tu web, tu contenido
No importa si contratas un profesional o si creas tu página web con un CMS como Simply Site o WordPress. El sitio y todo lo que contiene es tuyo. El diseño se ajusta a tu visión, tus valores y al estilo de tus productos o servicio, y la experiencia de tus clientes depende totalmente de tus decisiones.
Un sitio web bien diseñado también te permite ofrecer con lujo de detalles toda la información que puedan necesitar tus usuarios y dejar claras tus ventajas o lo que te diferencia de la competencia. Así puedes lograr que los clientes vean y entiendan por qué tu opción es la mejor.
2. Control total
Cuando creas y mantienes una página web, sea por tu cuenta, sea mediante una agencia de diseño web, no estás a merced de los propietarios de las redes sociales, que, llegado el caso, incluso pueden cerrar el chiringuito, como ya pasó con Google Plus.
Además de influir en el aspecto y el contenido, también decides las características y funciones que son prioritarias y las que no. Y, si tienes problemas técnicos, puedes hablar con un asesor de carne y hueso.
3. Menos competencia
Hoy en día se crea más contenido del que humanamente se puede consumir. En un muro «normal», se muestran miles de historias cada día. Como resultado, la gente interacciona cada vez menos con las publicaciones.
En tu página web no compites con nadie más por la atención del usuario. Ni amigos ni otras empresas. Aunque solo sea por unos segundos, no hay distracciones y puedes hacerles llegar tu mensaje.
Es cierto que cuesta que entren en tu web, pero con una buena estrategia de SEO y SEM, conseguir visitas se va haciendo más fácil con el tiempo.
En cambio, el ruido en las redes sociales es cada vez mayor. De hecho, muchas veces la única vía son los anuncios de pago. ¿El problema de esto? La gente en Facebook o Instagram no está pensando en comprar algo; está ahí para saber lo que hacen sus colegas, ver vídeos entretenidos o leer curiosidades.
4. Capacidad de análisis
En las páginas de las redes sociales, todo el mundo puede ver cuántos seguidores tienes o no tienes. En tu página web, solo tú tienes acceso a estas estadísticas, por lo que nadie (incluidos los negocios de la competencia) puede saber cómo te va y cuántas visitas recibes.
Además, si tienes un sitio web, puedes instalar Google Analytics para averiguar cómo captar más tráfico de Google, DuckDuckGo y los demás buscadores, que concentran el 90 % de las búsquedas online (muchas de las cuales sí tienen la intención específica de comprar, a diferencia de lo que sucede en las redes).
5. Más credibilidad
Facebook es para compartir fotos y novedades. Un sitio web es más serio, transmite profesionalidad.
Seguro que no es la primera vez que oyes esto. Es normal. Cualquiera puede crear un perfil con datos falsos y comprar likes y reseñas.
Si alguien está estudiando tus productos o servicios, lo habitual es que quiera información en detalle sobre tu oferta, condiciones de venta, equipo… Si lo único que encuentra es una página llena de fotos y promociones en una red social, lo más probable es que no se atreva a dar el paso.
¿Entonces es mejor una página web que una de Facebook?
Las dos son necesarias. Fusionando todo lo bueno que tienen las redes con el control que te da tu propio sitio web, captarás mucho más público que si solo creas una página u otra.
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