El mundo de los dominios puede resultar algo técnico. Por ello, hoy vamos a echar un vistazo a los tres actores principales del proceso de registro de un dominio.
Comprar un dominio es muy sencillo si eliges un servicio como el de Nominalia. Pero la aparente simplicidad del registro esconde múltiples niveles de servicio técnico. Conocer los diversos agentes que intervienen en el proceso y las funciones de cada uno te ayudará tanto a gestionar mejor tus decisiones como a entender el porqué de los requisitos que te solicitamos.
La compleja infraestructura detrás de los nombres de dominio
Los nombres de dominio son la dirección que escribes en un navegador para ir a un sitio web concreto (por ejemplo: tucomercio.com). Sin embargo, en realidad una dirección web está formada por una secuencia de caracteres numéricos llamada dirección IP (de Internet Protocol).
Para facilitar que las personas recordasen estas direcciones, se creó el Sistema de Nombres de Dominio o DNS, un conjunto de dotaciones que hacen posible que cualquier navegador en cualquier parte del mundo se conecte a cualquier dominio de Internet.
Para visualizarlo, podríamos decir que las direcciones IP son como las coordenadas cartográficas, que señalan la ubicación exacta de un sitio en un mapa, mientras que los nombres de dominio son como la dirección corriente, mucho más fácil de recordar (calle Mayor, 45, Barcelona).
Unos servidores especializados, llamados servidores DNS, hacen de guía telefónica para traducir los nombres de dominio en direcciones IP, de modo que cuando introduces el nombre de una web en un navegador, el ordenador sabe qué datos exactos estás solicitando (el sitio web concreto que quieres visitar) y te los devuelve.
En gran medida, todo este entramado que garantiza que las actividades en línea se desarrollen sin problemas es invisible para los usuarios. Pero, como ves, la creación y venta de dominios no es nada sencilla. En ellas intervienen múltiples agentes, que tienen responsabilidades y objetivos diferentes. Vamos a verlos.
Los agentes implicados en el registro de dominios
Para entender mejor el panorama del sector de los dominios, lo hemos desglosado en niveles:
ICANN → Registro → Registrador
1. ICANN
La Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN), una organización sin ánimo de lucro con sede en los Estados Unidos, es el organismo que coordina la gestión global de todos los elementos técnicos del sistema de nombres de Internet.
Esta entidad está conformada por profesionales procedentes de ámbitos como la Administración, la seguridad, la propiedad intelectual y el sector privado, y, entre otras tareas, controla qué terminaciones o extensiones de dominio, también llamadas dominios de nivel superior (TLD), pueden resolverse mediante el DNS. Igualmente, la ICANN impone normas y reglamentos que afectan a todo el canal de distribución.
Dado que hay cientos de millones de nombres de dominio en uso, por no hablar de los demás procesos para mantener el buen funcionamiento de Internet, la ICANN tiene un departamento llamado Autoridad de Asignación de Números de Internet (IANA) dedicado específicamente a administrar los nombres de dominio y su registro.
2. Registro (registry)
La IANA recibe propuestas de nuevas extensiones de dominio y las evalúa. Cuando aprueba una, le asigna un registro, es decir, una base de datos que contiene información sobre la persona u organización registrante de cada dominio de segundo nivel (p. ej.: micomercio.shop) que se encuentra bajo dicho dominio de primer nivel (en nuestro ejemplo, .shop).
Además, la IANA asigna un operador de registro —en general, llamado simplemente registro—, que mantiene al día los datos administrativos del dominio. Un mismo registro puede encargarse de varias extensiones. Por ejemplo, Verisign es responsable de .com, .net y .tv, entre otros.
Al margen de las normas mínimas que establece la ICANN, los registros pueden fijar y aplicar unos requisitos propios para sus extensiones, como las condiciones de registro y el periodo de gracia, además de determinar el precio mínimo de sus dominios.
En la actualidad, muchos de los TLD genéricos (gTLD) están gestionados por organizaciones de carácter comercial (como .info, que lo lleva la empresa Afilias), si bien un consorcio sin ánimo de lucro maneja el registro de .edu.
En cambio, en muchos países las autoridades nacionales han creado empresas público-privadas para ser el registro oficial de su dominio de nivel superior geográfico (ccTLD). En el Estado español, por ejemplo, Red.es posee y opera los dominios .es , pero también encontramos iniciativas privadas, como las de la Fundació puntCAT, la Fundación PuntuEus y la Asociación PuntoGal, que son los operadores de registro de .cat, .eus y .gal respectivamente.
3. Registrador (registrar)
Por su parte, los registros eligen a los registradores que pueden vender nombres de dominio a los usuarios finales.
Estos registradores, también conocidos como partners de registro, son empresas privadas que han pasado un proceso de acreditación para poder emitir licencias de dominios bajo diferentes extensiones. Es el caso, por ejemplo, de Nominalia.
El registrador debe seguir los protocolos que exige la ICANN para garantizar la disponibilidad de los dominios y evitar que se registre el mismo nombre a la vez mediante dos o más empresas registradoras diferentes.
Asimismo, se ocupa de los posibles traslados y de la renovación de los nombres de dominio. En el caso de los registros plurianuales, tiene que gestionar el pago recurrente (es decir, cobrar las tasas anuales por el uso de los nombres) y hacer llegar estas cuotas al registro correspondiente y a la ICANN.
Entonces ¿dónde te deja esto a ti?
Recapitulemos con una analogía. Si la ICANN es el Gobierno, que regula la producción, distribución y calidad de un producto, pongamos el aceite, los registros son los agricultores que cultivan las aceitunas para producir ese aceite y que luego lo suministran a las tiendas (registradores), donde lo compran los consumidores (registrantes).
Ese ere tú: el registrante, titular o tenedor inscrito de un dominio. Como tal, posees los derechos del nombre de dominio durante el periodo establecido en el contrato de registro.
Aunque se te considera el «propietario», en realidad solo estás pagando los derechos de uso de esa dirección en la web. Por tanto, registrar un dominio es más parecido a un alquiler o arrendamiento que a una compra.
La ICANN limita expresamente a 10 años el plazo máximo por el que se puede reservar un dominio de una sola vez, aunque puedes renovarlo indefinidamente. Sin embargo, es importante que lo hagas antes de que se pase la fecha. De lo contrario, deberás pagar una comisión de reembolso y te arriesgas a que se interrumpa el servicio e incluso a que terceros registren el nombre antes que tú.
Por otro lado, al registrar un nombre dominio, la ICANN exige a los partners de registro que publiquen ciertos datos de los titulares en una base de datos mundial y de acceso público, llamada WHOIS. Esta información hace posible que cualquiera consulte a quién pertenece un dominio determinado, lo cual es útil para intentar recuperarlo, comprarlo o informarse.
Aunque este sistema de registro de dominios pueda parecer complejo, ha hecho posible una mayor competencia en cuanto a los precios de los dominios, mejoras en el diseño de las aplicaciones y la aparición de servicios complementarios de gran valor añadido.
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Esperamos que esta descripción sobre las funciones de los distintos agentes que intervienen en la administración de tu nombre de dominio te ayude con tus decisiones.
Si te queda alguna pregunta sobre el registro de nombres de dominio o sobre cómo transferir o recuperar tu dirección web, ponte en contacto con nosotros. Somos agentes acreditados por la ICANN: escucharemos tus necesidades y te ayudaremos a resolver tus dudas.
Y recuerda que, en Nominalia, registrando un dominio, también obtienes varias direcciones de correo electrónico a juego, alojamiento web y certificado SSL, además de acceso a WordPress, la plataforma de diseño web más usada del mundo. ¡Te esperamos!