Cuando un proyecto online requiere de cierto grado de privacidad o recursos, lo más indicado es alojarlo en un servidor «particular», es decir, en una máquina independiente —ya sean servidores dedicados o VPS— a la que solo tiene acceso un cliente, de modo que pueda controlar todos los recursos.
Ahora bien, para que esta máquina funcione de manera óptima y se mantenga en buen estado a largo plazo, se deben realizar ciertas tareas como actualizaciones regulares o configuración de aplicaciones a medida.
En efecto, a diferencia de lo que ocurre con el alojamiento compartido, al contratar un servidor dedicado todo lo referente a la instalación de programas, configuración, actualizaciones y seguridad depende totalmente de nosotros, por lo que necesitamos tener conocimientos de administración de sistemas.
Diferencias entre los servidores administrados y los no administrados
Servidores no administrados
El proveedor pone el hardware o equipo físico y se encarga de cuidarlo, procurando asimismo que esté conectado a internet.
Aunque el servidor se suele facilitar con un panel de control como cPanel o Plesk, también se deben realizar tareas de gestión que no se pueden llevar a cabo desde dicho panel (sino que deben hacerse mediante SSH).
Es decir, cuando contratamos un servidor no administrado, el proveedor únicamente garantiza que la máquina que nos alquila esté operativa, sin hacerse responsable de los problemas que pueda haber «dentro».
Ventajas: costes reducidos; independencia y control total sobre los recursos, accesos, cortafuegos, etc.
A quién va dirigido: empresas o profesionales con personal especialista en mantenimiento de sistemas que pueda dedicarse a la monitorización y resolución de problemas y la gestión cotidiana.
Servidores administrados
En cambio, cuando se contrata un servidor administrado, el proveedor también se ocupa de las tareas de configuración y seguridad del soporte lógico:
- Monitorización las 24 h. Tanto el hardware como los servicios del servidor (web, correo, bases de datos) se vigilan las 24 h, todos los días del año, para garantizar la estabilidad.
- Actualización del sistema operativo y componentes. Los programas se mantienen en la última versión más estable.
- Resolución de incidencias técnicas y dudas. Acceso a un equipo de profesionales dedicados.
- Realización de copias de seguridad. Se efectúan copias de seguridad y backups que se restablecen en caso de problemas.
A fin de ajustar los costes de este servicio, muchos proveedores de servidores gestionados ofrecen diversos niveles de administración adaptados a las necesidades reales del cliente.
Así, por ejemplo, un plan de administración básica —que puede interesarle a agencias digitales o negocios que empiezan con un servidor dedicado—, suele comprender una configuración de seguridad estándar, mientras que los planes más completos —para proyectos con arquitecturas complejas—, pueden requerir firewalls adicionales e informes personalizados de seguridad, además de backups diarios.
Ventajas: externalización de tareas manuales rutinarias de carácter técnico; honorarios predecibles (en lugar de costes por trabajos puntuales); acceso las 24 h del día a expertos en servidores.
Cuándo contratar un servidor administrado
En resumen, pese a que la cuota mensual de un servicio administrado es más elevada que la de los servidores sin administración, la externalización de la gestión del servidor resulta especialmente conveniente para aquellos webmasters que, o bien no tienen los conocimientos técnicos para configurar un servidor dedicado o VPS y sacarle todo el partido, o bien prefieren centrar los esfuerzos de su equipo en tareas específicas a su actividad y desarrollo.